Pausa entre letras y café

A veces es difícil encontrar un hueco para poder sentarse con calma y plasmar por escrito aquellas cosas que están muy presentes en la cabeza y en el día a día. Investigar, estudiar y trabajar a un mismo tiempo requiere de paciencia… y de horas. Y es hoy cuando he decidido bajarme un rato de la vorágine para descansar frente a un café con intención de empezar a ojear, con más detenimiento, un par de libros que solo había tenido tiempo de hojear. Ambos me parecen excelentes, y más sabiendo la mente y la mano que está detrás de esas letras, dos profesionales de larga trayectoria. Y también es hoy cuando he decidido compartir este rato de pausa con aquellos que se hayan interesado por mi labor de historiadora.

Bajo el título Cerámica de Almazán. De las Talaveras a la alfarería popular, siglos XVI- XX, Pedro Javier Cruz Sánchez, cuya amistad atesoro desde hace más de una década, nos ofrece un libro necesario. La importante producción alfarera de Almazán había quedado opacada hasta la fecha; era casi desconocida, pese a su dispersión territorial. Ahora, la obra sienta sólidas bases para seguir profundizando es lo que auguro será una prolífica investigación.

 

Ricardo Muñoz Solla, profesor de la Universidad de Salamanca, también nos ha regalado un gran libro: grande por sus más de 1000 páginas y grande por el contenido que atesora cada una de ellas: Inquisición y conversos. La comunidad judaizante de Berlanga de Duero en los siglos XV y XVI nos permite viajar en el tiempo para ofrecernos el pulso de unos tiempos difíciles, puestos a disposición del lector a través de un profundo estudio documental.

Dejo pendiente seguir disfrutando de su lectura con la calma que merecen sus trabajadas páginas. No tardaré, porque han conseguido engancharme, pero ahora toca seguir cerrando algunos asuntos laborales. Al final, mi día a día, mi trabajo, mis lecturas y mis recorridos confluyen siempre en una misma inquietud: aprender cada día algo nuevo para seguir indagando en caminos desconocidos, sean estos plácidas sendas o vías empinadas. De ambas se suele sacar provecho.